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Óptimo rendimiento

La imaginación y el óptimo rendimiento

Dr. Alejandro Gómez Cortés


Milton Erickson, el célebre creador de la hipnosis ericksoniana, quedó parapléjico en su adolescencia, a consecuencia de un severo ataque de poliomielitis. Recibió todo tipo de tratamientos médicos y de rehabilitación física, prácticamente sin resultados favorables. En esa época nació su hermano menor y el joven Milton se dedicó, con fascinación y mucha dedicación a observar la manera en que el bebé, gradualmente, iba desarrollando la psicomotricidad a partir de movimientos torpes. Entonces se le ocurrió una idea: si él mismo evocaba mentalmente esos movimientos, podría llegar a realizarlos. Y así fue, logró caminar nuevamente.

Posterior a éste hecho histórico y bajo estrictos controles neurocientíficos, se ha podido comprobar que, en efecto, la imaginación antecede al movimiento, sobre todo si las imágenes están cargadas de emoción y de deseo. El niño quiere alcanzar a su madre o al alimento; evoca mentalmente su realización y después torpemente lo intenta hasta que lo logra con mayor precisión. Una vez conseguido, se establece un engrama, es decir, una huella de memoria. De allí en adelante imagen y acción suceden al unísono.

Para nuestro propósito es necesario aclarar previamente dos términos: fantasear e imaginar. Fantasear que también podemos llamar soñar despierto, es un proceso relacionado con las intenciones de la consciencia y de la vida concreta. El que sueña despierto sustituye su propia realidad por una ideal. Durante la fantasía se puede ser un rey o un hombre poderoso, conquistador y rico. Por eso la frustración es inevitable al bajarse de la nube. El fantaseo se puede convertir en un hábito adictivo. Además, bajo estas circunstancias el cuerpo está muy poco involucrado con su motricidad.

La popularización y banalización de algunas técnicas de la psicología cognitivo-conductual, como la llamada PNL (programación neurolingüistica) entre otras, ha podido engañar a más de una persona bajo la pretensión de que al proyectar y desear algo en concreto (decretar en su lenguaje), dará como resultado su cumplimiento, pero el fantaseo (en el sentido de nuestra definición), solamente conduce al desencanto.

La imaginación, por otro lado, es un proceso íntimamente relacionado con el sueño y con el cuerpo. Es un acto creativo por excelencia y, con respecto al aparato psíquico, depende del preconsciente y del inconsciente. Al imaginar el organismo activa funciones metabólicas, nerviosas y hormonales, a la vez que se incrementa notablemente la eficiencia del sistema inmunológico. Al imaginar, no se persigue otro objetivo que el de entrar en contacto íntimo con el propio cuerpo.

La hipnosis Ericksoniana y otras técnicas serias de imaginería, están basadas principalmente en éste hecho: «El poder transformador de la imaginación». Pero imaginar no se reduce únicamente a pensar en imágenes como cuando se fantasea, sino en involucrar al cuerpo en todo el proceso.

Para propósitos del alto rendimiento describiré una técnica muy útil para mejorar el desempeño psicomotor en caso de que se practique algún tipo de deporte o baile, si se toca algún instrumento musical, o si simplemente se pretende mejorar en las actividades diarias como caminar o sentarse correctamente. Para mejores resultados es preciso haber entrenado previamente los ejercicios respiratorios como han sido descritos en artículos previos.

El siguiente ejercicio resulta especialmente útil cuando se está aprendiendo una nueva técnica o cuando se desea mejorar algún tipo de movimiento con el que se tenga especial dificultad, lo explico a continuación:

Primero repase mentalmente los movimientos de aquello que se quiere entrenar, paso por paso y con todo detalle, tal como lo señale la técnica de la actividad que se trate. Una vez que se tiene claro todo el proceso, siéntese cómodamente y relájese con la respiración de la manera que ya hemos enseñado. Con los ojos cerrados, recree paso por paso cada uno de los movimientos imaginando que es usted quien lo está haciendo. Por ejemplo, si se trata de tirar un penalty, imagine cómo camina hasta el lugar indicado, la manera en que observa el balón, calcula el golpe e intuye los movimientos del portero antes de golpear la pelota.
Usted está creando una huella de memoria que será la base para la ejecución en una situación real. Una vez automatizado, realice el mismo ejercicio durante las horas de práctica técnica ahora con los ojos abiertos. Más tarde, evoque estas imágenes durante una situación de competencia real. Notará muy pronto que mejorará en sus resultados.


Instituto Mexicano de Medicina Psicosomática
Institución Médica especializada en el tratamiento, enseñanza e investigación de los procesos mentales sanos y patológicos.

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Dr. Alejandro Gómez Cortés / Director Médico
Dr. José Juan Sánchez Báez / Director de procesos

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