. ..

Óptimo rendimiento

Más del Zen en los deportes

Dr. Alejandro Gómez Cortés


Cuando el Zen es llevado al Japón, fue asimilado rápidamente tanto a la vida religiosa como a la milicia, ya que ofrecía una técnica práctica para lograr dos propósitos fundamentales: a) el apaciguamiento de los sentimientos y b) el dominio de sí ante cualquier acontecimiento. La frase samurái: «De cara a la vida como de cara a la muerte», nos dice mucho de lo que esto significa. Así sirvió en monasterios depurando las técnicas meditativas y, también por su influencia, en la milicia se formó una nobleza guerrera regida desde entonces por un código: El budo o bushido, que más o menos se traduce como la vía del guerrero o el camino del samurái y que, más que un código militar, es un manual de reglas de comportamiento y disciplinas encaminadas al desarrollo personal.

Por ser una disciplina universal, en algunas prácticas compartió rituales con el sintoísmo, (que era la religión oficial), y con los principios normativos y jerárquicos del confusionismo introducido con anterioridad y ya asimilado a su cultura. Expondré de manera sintética algunos de éstos principios y su aplicación en el deporte en su condición actual.

Las reglas del bushido y del Zen son verdaderas ciencias del comportamiento.

Todo entrenamiento, sea deportivo o militar, debe considerar el desarrollo de tres aspectos: shin, wasa y thai, que corresponden al espíritu, la técnica y el cuerpo que, aunque deben desarrollarse de manera equilibrada, es siempre el espíritu el que decide el resultado. Un cuerpo fuerte es vencido por una técnica fuerte, pero tanto uno como otro son superados por un espíritu desarrollado.

El ser humano posee un cerebro constituido por dos hemisferios que, aunque funcionan de manera coordinada, cada uno está relacionado con procesos mentales diferentes: el izquierdo —principalmente regulado por la corteza— organiza los procesos discursivos propios del pensamiento racional y al sistema motor voluntario; mientras que el derecho —próximo a los centros internos del cerebro y al sistema nervioso neurovegetativo— controla las funciones involuntarias y viscerales, la imaginación y la regulación emocional.

En la práctica Zen, el arte de dirigir el espíritu surge del ensayo de la concentración en la respiración, cuya dirección depende del hemisferio derecho y no de la técnica, que es subsidiaria del cerebro izquierdo.

Los principios del bushido parten del hecho de que toda contienda —se sitúe en el interior o en el exterior— es siempre un combate con nosotros mismos. Un maestro samurái escribió: «no hay enemigo, incluso en una batalla hay que dirigir el propio espíritu que, aunque insustancial, debe convertirse en la sustancia misma».

El Zen enseña a concebir la vida diaria como un combate en el que se requiere permanecer concentrado en toda actividad; lavándose, caminando, comiendo, etc. Es allí donde se encuentra el dominio de sí mismo. Aprender a vivir en el aquí y el ahora, estando completamente atento de instante en instante, da a cada acto un brillo de originalidad. Cada instante es nuevo, fresco y se requiere un acto creativo para superarlo, nada es una mera repetición.

En el próximo artículo explicaré con detalle la técnica de la respiración Zen. Es necesario dominar el nivel básico que describí en un artículo anterior si se quiere sacar el máximo provecho. Su dominio permite que la intuición y la acción surjan al mismo tiempo, y en ausencia del pensamiento racional que está relacionado con el ego y cierra la apertura a la percepción amplia, a la vez que nos encierra en sus límites conceptuales. Es aprender a vivir con el cuerpo concentrándose completamente sobre cada gesto.

Si existe algún secreto para la longevidad es allí donde se encuentra.

Instituto Mexicano de Medicina Psicosomática
Institución Médica especializada en el tratamiento, enseñanza e investigación de los procesos mentales sanos y patológicos.

Nueva York 170, Colonia Nápoles,
Delegación Benito Juárez, C.P. 03810, México D.F.
Teléfonos: 5543-8159 y 5682-0590
Dr. Alejandro Gómez Cortés / Director Médico
Dr. José Juan Sánchez Báez / Director de procesos

.