El prólogo de un duelazo anual

Fernando de Buen


Tiger Woods.
Más allá de los muchísimos dólares que recibió solo por jugar en Abu Dabi —más de un millón y menos de dos, de acuerdo con los organizadores— la presencia de Tiger tenía la intención de dejarnos comprobar si su regreso es algo que ya se puede dar como un hecho o simplemente son destellos de su pasada grandeza.

El californiano no nos defraudó. Alcanzó el liderato tras la tercera ronda y solo hacia el final sucumbió ante el inglés Robert Rock. Su tercer lugar es una prueba fehaciente de que está de vuelta en un respetable nivel y listo para pelear con cualquiera durante este 2012.

Aquí no se trató de un field de 18 jugadores como en su reciente torneo, sino que fue un evento que conjuntó a varios de los mejores del mundo. Estaban los cuatro primeros del ranking mundial, Luke Donald, Lee Westwood, Rory McIlroy y Martin Kaymer —todos europeos—, y once de los mejores 25 del planeta, incluyendo a los ganadores de tres de los últimos cuatro majors, Charl Schwartzel, McIlroy y Darren Clarke.

Fue ese el field donde Woods desarrolló gran parte de su potencial de antaño y nos hizo abrigar esperanzas de que está en el inicio de un regreso más en su ya larga carrera. Este Tiger reloaded o Tiger 3.0 (¿o 4.0?) parece que tiene la cuerda suficiente para escalar a algunos puestos en el ranking mundial y no sería extraño que antes de la mitad del año lo veamos nuevamente en el top-ten.

Su contraparte en esta historia es Rory McIlroy, un joven de 22 años que ha probado las más deliciosas mieles del triunfo, y para muestra basta recordar su histórica victoria en el pasado U. S. Open, destrozando a un field en una forma solo comparable a la que Tiger uso en el 2000 en aquel histórico Abierto estadunidense, donde venció por 15 golpes al segundo lugar, Ernie Els.

A pesar de su juventud, este Rory ya no es ningún novato y tiene en su palmarés —aparte del major mencionado— dos triunfos en el Tour Europeo y uno más en el PGA Tour. Esta semana regresó al segundo lugar del ranking mundial, desplazando nuevamente a Lee Westwood y cuenta indudablemente con la mentalidad para ascender eventualmente al primer sitio, hoy ocupado por el incuestionable Donald.

De ser cierto que Woods está regreso en el pináculo del golf mundial, resulta imposible no imaginar que surgirán duelos memorables en la temporada entre el gran veterano y el joven McIlroy, pero esta no sería sino una de las muchas variables de esta enorme ecuación que será la temporada 2012 del PGA Tour. Habría qué pensar en nombres como los del propio Donald o los no pocos ganadores —casi inesperados— que están surgiendo semana a semana desde hace más de un año en este circuito, algunos de los cuales se han colgado ya una segunda medalla, confirmando que si bien no son estrellas consagradas, tampoco son obra de la casualidad.

Si bien el 2011 nos sorprendió resultando una temporada mucho mejor de lo esperada, este 2012 parece contar con todos los ingredientes para convertirse en un año memorable. Este duelazo entre Tiger y Rory bien pudo ser el entremés de un largo banquete golfístico, dotado de platillos provenientes de muy diferentes puntos del orbe.

¡Provecho!

fdebuen@par7.mx