barra-3

Menú
 

 

Rosalba y Marina

Fernando de Buen


Estas dos mujeres me tienen francamente impresionado. Es gracias a ellas que nuestras golfistas profesionales tienen ahora un camino mucho más sencillo al éxito. Hace apenas cinco años, Rosalba Papacostas y Marina Villasana organizaban un pro-am en Las Misiones, en Monterrey, para recaudar fondos en apoyo a dos jugadoras —Tanya Dergal y Lili Álvarez—, que iniciaban entonces su vida profesional en la Gira Futures, el circuito de promoción del LPGA Tour.

Fue en esa ocasión cuando conocí a estas dos modernas heroínas del golf contemporáneo, cuya capacidad de convocatoria reunió en la comida de premiación a las mejores golfistas del país, encabezadas por Lorena Ochoa, quien siempre ha sido solidaria con el proyecto.

A estas promotoras entusiastas, motivadoras, amigas y ocasionalmente hasta madres sustitutas de nuestras deportistas, les gustó aquella idea y decidieron repetirla al año siguiente en la misma sede. De nuevo el éxito total y la decisión de formalizar estos apoyos a través de una asociación civil que habría de ser bautizada como Impulsando al Golf Profesional Mexicano o IGPM.

Los dos siguientes eventos se celebraron en la ciudad de México y el quinto de la serie se llevó a cabo este lunes 23 de enero, en el Club Campestre de la Ciudad de México, que amablemente se ha sumado a esta causa en forma desinteresada.

Los fondos se reúnen a través del torneo y de los donativos de empresas que ven en este esfuerzo algo en lo que realmente vale la pena invertir. Cada jugadora con tarjeta de plenos privilegios en la Futures Tour y con tarjetas completas o condicionadas en el LPGA Tour, gozará del soporte de IGPM en algunos traslados aéreos y el costo de sus torneos. Adicionalmente, ya fueron apoyadas con el alto monto de la inscripción a la Escuela de Calificación. Para este año se estima que cada una de ellas recibirá 8500 dólares, una cantidad muy importante, pero desafortunadamente insuficiente, pues se estima que si le sumamos los gastos de inscripciones a torneos, traslados, hospedajes en hotel —y no en casas de voluntarios—, caddies y demás viáticos, cada una de ellas necesitaría aproximadamente 50 mil billetes verdes por temporada. Así las cosas, esta misión creada por mis admiradas amigas va por muy buen camino, pero le falta un largo tramo por recorrer.

Para ello, hace falta que muchos más apoyos se sumen a esta causa, asegurando la permanencia de esta benemérita institución, empezando por la Federación Mexicana de Golf, la que debería —de alguna forma— sumar oficialmente el esfuerzo de IGPM a su proyecto. También la CONADE, que afortunadamente tiene como director a Bernardo de la Garza, un buen aficionado al golf que conoce al deporte desde adentro y no a partir de los grandes mitos que se construyen a su alrededor. La máxima organización deportiva del país ha visto con buenos ojos a este proyecto y debería también ser uno de los pilares de su manutención. El resto a través de apoyos de la iniciativa privada, como los que otorgan empresas como Value, Interjet, Grupo Modelo y Clean Service y nuestros amigos de la revista Golf & Spa.

Efectivamente, Par 7 Online se ha sumado al proyecto con la campaña que llevamos a cabo —desde hace ya varias semanas—, promoviendo la quinta edición del torneo que, afortunadamente, superó con creces el cupo estimado. Seguiremos haciéndolo igual todos los años, porque creemos en sus objetivos, admiramos a sus fundadoras y nos encanta ver la evolución de las nuevas generaciones de golfistas profesionales mexicanas, las que surgen tras el conteo de daños provocados por el tsunami del retiro de nuestra querida Lorena.

En esta edición 2012 se reunieron las becadas Tanya Dergal (LPGA, completa), Sophia Sheridan (LPGA condicionada), Marcela León, Lili Álvarez y la debutante Alejandra Llaneza (Futures, completa), con el director de CONADE, Bernardo de la Garza, los altos directivos de la FMG —encabezados por el presidente Jorge Kahwagi—y patrocinadores; todos en apoyo a este gran proyecto. No faltó la solidaridad y siempre agradecible presencia de los golfistas de la Gira Negra Modelo, que cada año se unen a este esfuerzo en el pro-am.

Hace unos días, en su programa Palabra del Deporte, escuché a Pablo Carrillo —otro gran aficionado al golf presente en el evento—proponer a Rosalba y Marina para el Premio Nacional de Deportes. Junto con Par 7 me uno a la causa.
Ellas lo merecen.

fdebuen@par7.mx

Marina Villasana y Rosalba Papacostas