• ¡Bienvenidos al Approach semanal!
• Rating, la palabra mágica
• Regresa Tiger a la competencia
• Para solidaridad, el golf
Aún en los horarios más complicados, durante parte de la madrugada en el continente americano, los números que arrojaron las transmisiones de la Presidents Cup en tierras australianas, dejaron a su paso récords de audiencia para una estación por cable.
El primer día del torneo promedió 1,2 millones de visitantes, llegando a un pico de 1.5, ¿cuándo? ¡Adivinó! Cuando Tiger Woods y Steve Stricker salieron a jugar su primera ronda, contra Adam Scott y K. J. Choi.
El día dos hubo un nuevo récord: 1,5 millones, pero con un ingrediente especial, pues los espectadores sabían que NBC transmitiría la repetición a la mañana siguiente, evitándoles una tremenda desvelada.
De nuevo sucedió la semana pasada, con motivo de la Copa Mundial de Parejas, en China, transmitida en los EEUU entre 10:30 y 3:30 (EDT).
Y todo esto, sin Tiger Woods en su mejor nivel. ¿Se imaginan ustedes cuando regrese?
Y regresa en el torneo para su Fundación el Chevron World Challenge, evento por invitación que incluye a 18 de los mejores jugadores de la actualidad, incluyendo a estrellas como Jim Furyk, Keegan Bradley, Paul Casey, K. J. Choi, Bill Haas, Matt Kuchar, Steve Stricker, Nick Watney, Bubba Watson y, por supuesto, Tiger Woods.
De jueves a domingo en el Sherwood Country Club, en Thousand Oaks, California.
No hay ningún deporte en el mundo que done más dinero a la beneficencia que el golf, y como muestra baste recordar que hace apenas unos años, el PGA Tour alcanzó la cifra de un billón de dólares (en términos gringos, pero la cantidad se refiere a mil millones de dólares), lo que solo puede concebirse como una montaña de dinero.
La Presidents Cup, que al igual que la Copa Ryder no destina fondos a los jugadores, es un buen ejemplo de esta sinergia solidaria; a través de las nueve ediciones se han entregado ¡23 millones de dólares entre 380 obras de caridad!
Del sitio del PGA Tour, tomamos prestado este párrafo:
«Se dice a menudo que la Presidents Cup representa todo lo bueno acerca del juego de golf —deportivismo, buena voluntad internacional y competencia amistosa. Cuando un evento deportivo se celebra dentro de este marco, solo hay ganadores —dentro y fuera del campo—, sin importar el resultado de la competencia».