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Firma contrato con Rolex

La redención de Tiger

Fernando de Buen


Tiger Woods.

Tiger Woods está intentando darle la vuelta a su vida, después de todos esos meses en los que su privacidad pasó de excelsa a burda y voraz. No solo está intentando recuperar esa imagen que la ayudó a ser uno de los personajes más fotografiados del orbe, sino también uno de los más imitados. En fecha reciente firmó un contrato con Rolex, una compañía que no se anda por las ramas en lo que se refiere a convenios con sus embajadores.

Más allá de si el público es fanático o no de sus extraordinarias máquinas de tiempo, lo cierto es que muy pocas compañías en el mundo cuidan su imagen corporativa como lo hace la relojera suiza. Desde el uso de su marca y sus colores corporativos, hasta el seguimiento de la conducta ejemplar de cada uno de sus embajadores —Nicklaus, Palmer, Player, Sörenstam, Ochoa, Federer y muchos otros—, todos ellos, un claro ejemplo de cómo llevar la fama de la mano de una vida privada sin complicaciones ni escándalos.

El caso de Tiger es la primera excepción a una regla añeja. Haber sido contratado por la compañía, tras ese singular historial de infidelidades conyugales y su eventual divorcio, es porque no hay duda de que hay un pleno convencimiento por ambas partes de que el golfista nunca más aparecerá en las notas de color en los tabloides del planeta, pero también significará el compromiso de Tiger de intentar, al menos, llevar su golf a las alturas a la que nos acostumbró por más de una década. En mi muy personal opinión, es Rolex quien más arriesga con este anuncio, pues si bien no dudo que el californiano hará un gran esfuerzo por cumplir con las expectativas que de él se esperan, también habrá que poner a prueba su voluntad —que ya no es la de un joven incansable y ambicioso— sino la de alguien con mucho mayor edad —35 años— que pretende regresar al altísimo nivel que años atrás él mismo impuso para sobresalir en el ámbito golfístico.

Ahora bien, la relación con la empresa helvética no es nueva en la carrera de Woods. Cuando comenzó, uno de sus primeros patrocinadores fue Tudor, una marca de relojes perteneciente al consorcio. Poco después se cambió a TAG Heuer, quien finiquitó recientemente su contrato con Woods, como antes lo hicieran Gillette, AT&T, Accenture y Gatorade.

Si una marca tan seria como Rolex confió en la redención de Tiger para ser su embajador por muchos años —sus contratos no suelen ser de corto plazo— habrá que darle también nosotros un voto de confianza.

Como dijimos antes, el golf necesita a Tiger Woods de vuelta.

fdebuen@par7.mx

...es Rolex quien más arriesga con este anuncio, pues si bien no dudo que el californiano hará un gran esfuerzo por cumplir con las expectativas que de él se esperan, también habrá que poner a prueba su voluntad —que ya no es la de un joven incansable y ambicioso— sino la de alguien con mucho mayor edad —35 años— que pretende regresar al altísimo nivel que años atrás él mismo impuso para sobresalir en el ámbito golfístico.

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