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Las del viejo continente superaron a las de EUA en Irlanda

Europa recuperó la Solheim Cup

Par 7. Redacción


El equipo europeo

Fueron poco más de 30 minutos de alarido en la Solheim Cup —quizá los más emocionantes de la historia— y de momentos clave que hacían imposible quitar la vista del televisor. Una Europa que parecía dominada en los encuentros individuales por su contraparte estadunidense, reaccionó cuando ya no había más espacio para ceder y terminaron recuperando el trofeo que perdieron en 2003 y no había vuelto a sus vitrinas.

El campo del Killeen Castle —diseño de Jack Nicklaus—, en Irlanda, fue la sede del torneo femenil equivalente a la Copa Ryder, que comenzó en 1990 y se celebra cada dos años. Antes de este evento, los Estados Unidos lideraban por 8 triunfos a 3. Al igual que en la Ryder, se disputan 28 puntos bajo el sistema de juego por hoyos (match play) durante tres días. En cada una de los primeros dos jornadas, se celebran ocho partidos, cuatro bajo el sistema de fourball por parejas —donde cada jugadora juega su propia bol y la mejor puntuación de éstas en cada hoyo compite contra la mejor de sus oponentes—, y cuatro bajo el sistema de foursome, donde las jugadoras golpean alternadamente una misma bola.

Durante la fecha final, cada integrante compite en un partido individual. Cada victoria otorga un punto y medio para el empate. No hay muerte súbita. Si el equipo que defiende la Copa logra 14 puntos, será declarado ganador, el retador necesita medio punto más para asegurar la victoria.

El primer día colocó a las europeas con un punto de ventaja sobre las visitantes, 4.5 a 3.5, a pesar de que la Pantera Rosa, Paula Creamer —primero como pareja de Brittany Lincicome y después de Morgan Pressel— se recuperó de ir perdiendo por uno en el 16 y ganó ambos partidos.

El sábado fueron las estadunidenses las que lograron los 4.5 puntos, igualando al marcador a 8 por bando, previo al inicio de los partidos individuales. Con una histórica ventaja de 69 victorias contra 42, a favor de las del de América del Norte, parecía mero trámite el camino a la victoria y la retención de la Copa.

Pero las europeas no estaban dispuestas a respetar las estadísticas y salieron con todo a buscar la victoria.

La jornada comenzó con una mala noticia para las de barras y estrellas: Cristie Kerr concedía su partido contra Karen Stupples sin siquiera jugar, debido a una lesión en la mano. Poco después llegó la primera de las dos suspensiones que hubo en la jornada, por causa del clima. Aún y cuando las de Estados Unidos parecían dominar, fue la escocesa Catriona Matthew quien puso el siguiente punto de color azul, tras apabullar por 6 y 5 a la carismática Paula Creamer, gracias a seis birdies en trece hoyos que no encontraron respuesta. La sueca Sophie Gustafson sería la siguiente ganadora azul, venciendo a la campeona más reciente del Kraft Nabisco Championship, Stacy Lewis, por 2 hoyos.

Los tres puntos de ventaja se hicieron pequeños cuando casi todo el tablero de los partidos en cancha se tornaron de color rojo. El primer descuento corrió a cargo de Britanny Lang quien despachó a la alemana Sandra Gal por la vía corta, con un dominio abrumador: 6 y 5, con siete birdies a favor por uno en contra. El marcador se movía con 11 para las de casa y 9 para las visitantes.

Tras ir abajo en los primeros nueve hoyos contra la sueca Anna Nordqvist, Morgan Pressel ligó cinco birdies consecutivos entre los hoyos 9 y 13 y la venció por 2 y 1, manteniendo su calidad de invicta en la presente edición. El marcador se cerraba: 11 a 10.

El duelo que más expectativas creó —y no defraudó al público— fue entre las grandes veteranas Laura Davies, de Inglaterra, y Juli Inkster. Llegaron al hoyo 18 con la mínima ventaja a favor de la local, pero ambas encontraron sendos búnkeres en su tiro al green. Juli fue mejor en la recuperación y ganó con par el hoyo final, rescatando medio punto. 11.5 a 10.5.

Cristina Kim abrió su match contra la sueca Maria Hjorth con gran ímpetu, logrando cuatro birdies en los primero seis hoyos, ganando los cuatro. La ventaja tuvo variantes durante el resto del encuentro, pero favoreció a Cristina por 4 y 2, consiguiendo el empate en 11.5 puntos por bando.

La novata de Solheim Cup, Vicky Hurst, puso a las americanas arriba por primera ocasión, tras vencer a la guapa inglesa y también novata Melissa Reid por dos hoyos. Las yanquis tomaban la delantera y parecía que ya no la dejarían ir. 11.5 por 12.5.

Otra novata europea, la holandesa Christel Boeljon, hacía renacer la fuerza continental, venciendo a Brittany Lincicome por dos hoyos y empatar el marcador en 12.5 puntos.

El momento más emocionante del torneo llegó a los pocos minutos, cuando la noruega Suzann Pettersen y la hawaiana Michelle Wie se encontraban empatadas después de 14 hoyos. Un birdie en el 15 puso arriba a Wie, pero la rubia respondió en el 16 con la misma moneda. Ambas lograron birdie en el 17 y fue hasta el hoyo final, donde un gran tiro de acercamiento de Suzann le permitió lograr su tercer birdie consecutivo y darle un importantísimo punto a las de casa. 13.5 a 12.5.

Dos novatas más dieron otro gran espectáculo, pero la estadunidense Ryan O’Toole —ganadora del Riviera Nayarit Classic 2011— dejó ir la ventaja de dos hoyos con dos por jugar, para permitir que una sueca más, Caroline Hedwall, le empatara el partido en el hoyo final, para poner los cartones en 14 puntos para Europa y 13 para los todavía defensores de la Copa.

Pero muy pocos minutos antes del mencionado cierre, la española Azahara Muñoz, también novata, logró un magnífico birdie en el hoyo 17 para ponerse 1 arriba de Angela Stanford, lo que le aseguraba el medio punto que necesitaba Europa para recuperar la Copa. Con el campo invadido por las jugadoras entre celebraciones y lamentos, en un gesto de deportivismo y ante la imposibilidad de terminar su partido, Angela le concedió el punto a la ibérica, cerrando el campeonato en 15 a 13.

Las capitanas de los equipos fueron la inglesa Alison Nicholas (seis participaciones como jugadora, capitana en 2009 y dos veces asistente de capitana) asistida por Joanne Morley y Annika Sörenstam en la escuadra europea, y la veterana Rosie Jones (siete participaciones como jugadora), asistida por Juli Inkster —quien se convirtió en la jugadora de mayor edad en la historia del equipo, con 51 años y casi tres meses, al comienzo de la justa— y Sherry Steinhower.

La máxima ganadora de la historia es la inglesa Laura Davies, con doce apariciones, acumula un total de 25 puntos, sumando los que consiguió en este torneo (1.5 puntos). Hubo un total de ocho novatas, cinco europeas y tres de los Estados Unidos.


«Pero las europeas no estaban dispuestas a respetar las estadísticas y salieron con todo a buscar la victoria.»