Lorena Ochoa |
SAN ANTONIO, Tx.– Por segunda ocasión, la ciudad de San Antonio se hermanó con el pueblo mexicano en terrenos golfísticos y, a través de su Buró de Visitantes y Convenciones, ha organizado la Segunda Copa de las Américas, torneo que reúne a golfistas de ambos lados de la frontera con un fin único: hermanarse para beneficiar a la Fundación Lorena Ochoa. Ella estuvo allí de nuevo para agradecer a cada uno de los presentes.
Cuando se realiza un esfuerzo tan grande por llevar a cabo un evento y mantener su continuidad, bien vale la pena mencionar a quienes lo hacen posible, y dentro del CVB de la bella ciudad texana, es importante resaltar el trabajo que desempeña el equipo encabezado por Frances Schultschik, la directora de Desarrollo Estratégico y Relaciones Públicas para México y Latinoamérica de la organización. De ellos depende la logística, conseguir los patrocinios e invitar a la prensa, a quien brinda un trato impecable.
El viaje inició el pasado miércoles. Tras salir del aeropuerto, una buena comida en Paesanos, donde degustamos un muy recomendable plato de camarones con pasta. Después le dimos una vuelta a la historia, visitando a media tarde el primer campo público construido en el estado, el Brackenridge Golf Course, en la parte norte del centro de San Antonio, uno de los desarrollos golfísticos con más tradición y prosapia de la ciudad.
Nuestra cena se llevó a cabo en La Gloria, un restaurante creado por el Chef Johnny Hernández, que abrió sus puertas a mediados de 2010 y, cuyo objetivo es el de darle un nuevo sentido al disfrute de la comida mexicana, con platillos que están influenciados por sus viajes tierras mexicanas. El menú incluye una interesante selección de comida callejera mexicana. Poco antes de la cena gozamos de una degustación de tequila, por parte de la casa La Herradura, donde pudimos disfrutar de sus mejores mezclas entre el blanco y los reposados.
De allí volvimos a subir al autobús Gibson, un museo rodante que la prestigiada marca de guitarras y otros instrumentos musicales utiliza para atender a sus importantes músicos… y a periodistas mexicanos. Entre guitarras eléctricas, una rocola, un piano de media cola con sintetizador, algunos discos de oro, retratos de grandes artistas y todas las comodidades imaginables, nos pudimos desplazar por toda la ciudad, ante la atónita mirada de automovilistas y paseantes que seguramente se preguntaban quiénes serían los famosos artistas que se trasladaban en tan llamativo vehículo. Gracias desde aquí a Roberto Treviño, uno de los pilares de Gibson en Latinoamérica, quien aportó el autobús y organizó un divertido coctel al término del torneo.
Nuestro destino fue el resort Westin La Cantera, el bello y famoso hotel que cuenta con dos magníficos campos de golf, uno diseñado por Jay Morrish —Resort Course— y el otro por Arnold Palmer, el Palmer Course (ver sección de campos).
El jueves desde muy temprano, los periodistas de Estados Unidos y México nos dirigimos al bello campo de The Quarry Golf Course, para celebrar una estupenda ronda de golf. Lo que debió ser un torneo entre locales y visitantes, se volvió una convivencia golfística por la falta de quórum entre los mexicanos.
Imposible visitar San Antonio sin observar, casi desde cualquier punto, su famosísima Torre de las Américas, que fue el símbolo de la Feria Mundial de 1968 (Hemis Fair ‘68). Inaugurada ese mismo año, se conserva como el símbolo visual más importante de la ciudad. En su mirador se encuentra el restaurante Chart House, que si bien —me dicen mis amigos, porque yo no tuve la oportunidad de quedarme a degustar sus platillos— su comida es de excelente calidad, su servicio fue realmente lento. Quizá la tardanza se debió a que la comida se llevó a cabo en un horario poco conveniente para las costumbres americanas —a partir de las 3:45 PM—, pero al menos ello les permitió a los periodistas connacionales observar cada punto de la ciudad, ya que el restaurante está montado en una plataforma giratoria. Chart House se especializa en mariscos y comida local.
Por la noche tuvimos el coctel con el que inició oficialmente la II Copa de las Américas, que contó con el patrocinio de SA Wellness —quizá la más prestigiada clínica del estado para la atención y prevención de asuntos de salud relacionados con el corazón— y al que asistieron importantes personalidades de ambos países, con la grata presencia de Lorena Ochoa.
El viernes por la mañana, la actividades iniciaron con el registro de jugadores y una clínica impartida por Lorena Ochoa, que si bien no acompañó su cátedra con demasiados golpes, debido a su avanzado embarazo, sí dio algunos buenos golpes que nos demostraron que aún conserva la magia que la llevó a ser la mejor golfista del planeta.
Después, en ambos campos del Westin La Cantera, el Palmer y el Resort, dio inicio el torneo, que se llenó gracias al apoyo de los jugadores, quienes sabían que los fondos no tenían otro destino que el de la Fundación Lorena Ochoa.
Por la noche se llevó a cabo la gala de premiación, que incluyó la bienvenida por parte del CVB en voz de Frances Schultschik, así como discursos de Cassandra Matej —directora del CVB—y de Gerry Schwebell —vicepresidente del IBC Bank, principal patrocinador del torneo—, entre otras importantes personalidades. El maestro de ceremonias fue, al igual que el año pasado, el famoso conductor televisivo Fernando Fiore. El evento incluyó un desfile de modas de los almacenes Julian Gold y la subasta de dos guitarras acústicas Gibson, una firmada por Lorena y Fher, vocalista de Maná, y la otra por la golfista y Pepe Aguilar, quien por cierto, nació en San Antonio.
Tras la leve desvelada del viernes, el sábado por la mañana nos llevaron a San Marcos, a unos 40 minutos de San Antonio, ciudad que se distingue por tener algunos de los conjuntos de outlets más grandes del mundo. Perderse entre sus cientos de tiendas especializadas y almacenes podría ser el gozo total de los amantes shopping. La atención de Rebecca Ybarra-Ramirez, directora del CVB de San Marcos hizo nuestra visita mucho más agradable.
Así terminó nuestra segunda asistencia a la Copa de las Américas y esperamos que el próximo año se siga llevando a cabo, pues la aportación de patrocinadores y jugadores a la Fundación Lorena Ochoa y, por tanto, a la Escuela de La Barranca, debe ser muy importante para su subsistencia. Mucho más ahora, que Lorena ya no goza de los reflectores que día a día la seguían en el mundo deportivo internacional. |